"Yo prometo a todo el que rece el Santo Rosario diariamente y comulgue los primeros sábados de mes,
asistirle en la hora de la muerte.
"
(El Escorial. Stma. Virgen, 5-03-82)

"Todos los que acudís a este lugar, hijos míos, recibiréis gracias muy especiales en la vida y en la muerte."
(El Escorial. El Señor, 1-1-2000)

Bendición del día 1 de Junio del 2002, primer sábado de mes,
en Prado Nuevo de El Escorial. (Madrid)

 

LA VIRGEN:

"Una vez más, hija mía, para bendecir a todos los hombres, una bendición especial, para vuestros hogares, la protección de vuestros hijos y contra las asechanzas de Satanás.

Levantad todos los objetos. Yo os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y del Espíritu Santo. Todos los objetos han sido bendecidos con bendiciones muy especiales para vuestros hogares y la protección de vuestros hijos."

COMENTARIO

"No habrá más mensajes, pero habrá bendiciones muy especiales y marcas que quedarán selladas en las frentes". Estas palabras pertenecen al mensaje del primer sábado de mayo (4-5-2002), y serán un punto de referencia importante en la historia de las denominadas popularmente "apariciones de El Escorial".

Durante ¡más de veinte años!, el Señor y su Santísima Madre nos han venido comunicando mensajes, cada mes en Prado Nuevo, con palabras que nos sabían a eternidad. Al ser escuchadas y repasándolas después en el papel, íbamos palpando las palabras de justicia del Altísimo, así como las impregnadas de su misericordia infinita, sus exhortaciones, anuncios proféticos, promesas consoladoras, correcciones, lamentos de dolor de los Sagrados Corazones de Jesús y de María por los pecados del mundo... A través de decenas de mensajes han desfilado luminosas las diferentes verdades de nuestra fe y, como gracia peculiar, el rocío de la bendición sobre personas y objetos: para los pobres pecadores, para los días de tinieblas, bendiciones especiales... Se nos han repetido insistentemente, como para quedar grabadas en el corazón para siempre, palabras e ideas como oración, sacrificio, caridad, amor a la Eucaristía, confesión sacramental, amor y obediencia al Santo Padre, llamadas a la conversión y advertencias a sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos, etc. (véase, p. ej., el llamamiento realizado el mes de abril último a los diferentes grupos de almas dentro de la Iglesia, que sonaba ya a despedida). Y ahora, el primer sábado de mayo de 2002, el anuncio del cese de los mensajes.

Las reacciones ante este acontecimiento han sido diversas. Para la mayoría: sorpresa, pues aunque era algo que tenía que ocurrir y estaba suficientemente advertido, no deja de ser inesperado, pero ¡así son las cosás de Dios! No han faltado aquellos que derramaron unas lágrimas al conocer la noticia -¡los mensajes eran algo tan querido y anhelado por los "peregrinos" cada mes!-. Y en todos, la expectativa: ¿qué ocurrirá a partir de este momento? Gracias a Dios, aunque los mensajes eran como lluvia esperada cada primer sábado, no se acaba con ellos la impresionante realidad y solidez de Prado Nuevo, aparte de que perduran en el tiempo. Estamos, desde luego, ante una nueva etapa, que sólo el paso del tiempo ayudará a sopesar; esperemos, de todas formas, pacientemente cómo se desarrollan los hechos. Luz Amparo, por su parte, sigue bajando a rezar el Rosario los primeros sábados, a la espera de recibir las bendiciones y marcas, que ya han llegado este primer sábado de junio. Queda, en cualquier caso, un amplio campo de trabajo y perspectivas ciertamente esperanzadoras; la espiritualidad emanada de estas revelaciones privadas es rica y consistente. Un primer paso será, sin duda, el apuntado por el Señor el mes de mayo: "Meditad los mensajes..." Hay material más que suficiente para repasar y profundizar en su contenido; en meses sucesivos se irá ofreciendo a los "peregrinos".

El Señor, evidentemente, sabe lo que hace, y esta nueva fase se intuye como interesante y fructífera; así lo esperamos. Abramos nuestros corazones a la acción de Dios. Terminamos transcribiendo varios textos de mensajes, en los cuales se anunciaba el fin de los mismos en diferentes fechas, a lo largo de los años, bajo la perspectiva de Dios, para quien todo es presente. Que sirva como recordatorio para la Historia:

"Mis mensajes se acaban; pero mis visiones no se acabarán, hijos míos" (La Virgen, 14-7-1984).

"No dejaré de bendeciros en este lugar, aunque los mensajes se acaben" (La Virgen, 2-7-1988).

"Mis mensajes se acabarán, pero mi bendición y mi palabra de amor seguirán en este lugar" (La Virgen, 4-1-1992).

"Mis palabras se van acortando, porque, hijos míos, todo lo he ido recordando"
(La Virgen, 1-11-1997)
.

"Y prometo no desaparecer de este lugar. Mis palabras se acabarán pero mi presencia seguirá" (El Señor, 2-1-1999).

"Haced apostolado por todas las partes del mundo, hijos míos,
extended los mensajes, hijos míos.
¡Cuántos se ríen de mis mensajes!
Llevadlos por todos los rincones de la tierra.
(Stma. Virgen: 1-10-1983)

(EJEMPLAR GRATUITO)

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http://www.virgendolorosa.com


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