EL EVANGELIO DE SAN JUAN.18

EL MUNDO NO LE CONOCIÓ:

  • Dios se reveló a los hombres por medio de su Verbo.

  • Y por medio de Él los vivificó.

Pero el mundo de los hombres:

  • No le conoció.

  • Fue sordo a la voz de la naturaleza.

  • Y a la voz de la gracia, que hablaban de Él.

Y los rayos de la Luz de la revelación primitiva:

  • Desde Adán a Moisés.

  • Se dispersaron inútilmente.

  • Para dejar lugar a las tinieblas.

De poco valió los mensajes que Dios fue dando, por medio de Moisés y los Profetas.

  • La infidelidad había llegado al colmo, cuando:

  • El Verbo vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.

A pesar de la universal perversión del mundo.

  • El Verbo encuentra, acá y allá, una buena acogida.

  • Tanto entre los “judíos” como entre los “paganos”.

Y a esos, a los que le recibieron:

  • Dióles el derecho o poder:

DE SER HIJOS DE DIOS”

Para convertirse en hijos de Dios, hace falta:

  • Creer en el nombre del Verbo, que es enviado suyo.

Sólo se hacen hijos de Dios, los que de Dios han nacido.

La expresión:

Creer en su nombre”

  • Juan le ha dado un sentido muy definido.

  • Para que cumpla su misión, el nombre debe revelar la naturaleza de aquél que lo lleva.

De acuerdo con el IV Evangelio:

  • El nombre más expresivo de Jesucristo, es el HIJO DE DIOS.

Por tanto,

  • Cree en su nombre”.

  • Quien cree en su divinidad.

  • Y se confía en su virtud redentora.

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Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS”.

Esto es muy importante:

  • Jesucristo se hizo carne, para introducir al hombre en la familia de Dios.

  • Él, Entrando en la familia humana, se hizo hermano nuestro.

  • Y nos dio como hijos, a su “Padre Celestial”.

Cristo tiene conciencia de ser hombre:

  • Él mismo se llama “Hijo de Hombre”.

(SEGUIRÁ)