EL EVANGELIO DE SAN JUAN.23

Seguimos con San Juan.

Nos quedamos en la respuesta que Jesús da a los fariseos, cuando ellos demandan de Jesús con qué autoridad reprime los abusos del Templo, que no les convence y les crea un equívoco:

  • Destruid este Templo y en tres días lo levantaré”.

Ellos no entienden, y no entienden, por:

  • La perversidad permanente de las disposiciones interiores, con las que los judíos abordan a Jesús.

  • El espíritu de incredulidad, que les lleva a pedir una señal, para arrinconarle y anularle.

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NICODEMO:

Era fariseo, que pertenecía al Sanedrín, y una persona importante entre los judíos, y dice el texto que vino “de noche” a ver a Jesús.

Hay dos versiones:

  • Que fue de noche porque tenía miedo a qué dirían los judíos.

  • Que era cuando podía hablar personalmente con Jesús.

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Jesús reveló a Nicodemo un “Misterio”, del que no había hablado a nadie.

  • En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de los Cielos”.

Jesús, al ver su extrañeza, le echa en cara que no sepa estas cosas como “Maestro de Israel”.

Pues era cosa sabida, por los escribas y maestros de Israel:

  • Que Dios enviaría una fusión del Espíritu Santo, que produciría una renovación espiritual en las almas” (Jer.), (Ez.).

Pero al ver que era sincero, se confía a él:

  • En verdad te digo, que nadie puede ver el Reino de Dios, si no nace de nuevo”.

(Quiere decir, experimentarlo, tener parte en él).

Está claro que no se trata de nacer según la carne, sino de tomar una vida “diferente y superior”, una vida espiritual.

  • Esta carne y esta sangre no pueden poseer el “Reino de Dios”.

  • La carne es el hombre de abajo, de la tierra, y está limitado a sus solas fuerzas naturales.

  • Y el nacimiento que dice Jesús, es del “Espíritu, que constituye a los hombres en hijos de Dios”.

  • Así que, hay que tenerlo claro, por la virtud del agua y del Espíritu, se adquiere la “VIDA SOBRENATURAL”. – “Se renace por el Espíritu”.

(SEGUIRÁ)