EL EVANGELIO DE SAN JUAN.9

Yo soy la luz del mundo”.

Es una prueba para facilitar la FE, que cuando Jesús dijo esto, curó a un ciego de nacimiento.

Es doloroso pensar que haya personas que por más pruebas tengan delante, no crean, como les sucedía a los judíos:

  • He venido a este mundo para un juicio, para los que no ven, vean, y los que ven, se vuelvan ciegos”.

  • Sí claro, los que creen saber todo, los que piensan tener ellos propias luces, no dejan de ser ciegos.

  • Al no ver,

  • Al andar en tinieblas.

  • Desprecian la verdad que salva.

  • Y así, los que creen ver,

  • ¡Se quedan ciegos!

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  1. Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque muera, vivirá”.

Fijaros en este milagro impresionante:

  1. Lázaro lleva cuatro días enterrado.

  2. María le dice a Jesús: “Ya huele”.

  3. Bueno, habrá mayor demostración de que Él es la “Resurrección y la Vida”.

  4. ¡LE DA VIDA A UN CADAVER!

Pues, a pesar de ello, los judíos seguían sin creer en Él.

Los que tenemos FE, debemos dar gracias, y pedir que no nos falte:

  • Un Obispo, había consagrado a un sacerdote.

  • Este sacerdote, perdió la fe y vivia mal.

  • Cayó enfermo y fue a visitarlo el Obispo.

  • El Obispo, le pedía que se arrepintiera para darle la absolución.

  • El Obispo insistía: dime que sí… dime que te arrepientes… dime que quieres y te doy la absolución.

  • Y el sacerdote le contesta: “¡Si es que no creo!”

  • No se llegó a saber si el Obispo consiguió su arrepentimiento.

(SEGUIRÁ)