BIBLIA - SÍNTESIS.149
- SÍNTESIS.149
20-3-23
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1) El hombre conciba rectamente lo que El quiere expresar.
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2) Quiera libremente escribirlo.
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3) En el acto material de escribir lo haga sin ningún error.
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Supone, pues, una iluminación del entendimiento, una moción de la voluntad y una asistencia en la redacción.
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Con esta triple acción de Dios, que obtiene su fin de modo infalible, podemos decir con pleno derecho que Dios es quien escribe la Biblia. Y, por otra parte, queda a salvo el papel secundario, pero activo, del escritor sagrado.
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Desde luego no se puede atribuir una parte de la Biblia a Dios y otra al hombre.
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Toda es de Dios; y en toda ha dejado su huella el hombre.
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Por tanto, ambos colaboran en toda ella. Pero no colaboran coordinados como dos que levantan una piedra; sino subordinado el hombre a Dios.
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Según la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, esta subordinación es instrumental; el hombre es el instrumento de Dios para escribir, es manejado por Dios -digamos de momento- de un modo análogo a como yo manejo mi pluma o bolígrafo.
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Dios y hombre son verdaderos autores, cada uno según un modo propio y con efectos propios.
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Cuando manejo mi pluma o bolígrafo y escribo una «a», esta letra se debe a la vez a mi mano y a la pluma.
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Mano y pluma han dejado su efecto propio: a la mano se deberá el que sea una «a», a la pluma el que la «a» tenga tal grosor y tal color.
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M.S.G. |