
BIBLIA - SÍNTESIS.158
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SÍNTESIS.158
29-5-23
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Dios se ha hecho visible en Cristo. Cristo es Dios; y por el hecho de ser Dios es la Belleza de Dios y el Amor de Dios.
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Cristo es también hombre y consiguientemente el camino querido por Dios para que todo hombre llegue a Dios.
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Podemos, pues, decir como resumen:
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La Encarnación de Cristo, es decir el que Dios se haya hecho hombre, lo es todo para el cristiano.
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Recordemos la palabra clásica de San Agustín:
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«Cristo-Hombre es el camino por el que vamos. Cristo-Dios es la patria a la que vamos». Abrazados aquí a Cristo-Hombre, despertaremos un día, al abrir los ojos a la luz de la gloria, abrazados a Cristo-Dios.
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Ahora nos explicamos que la misión de la Iglesia, Esposa de Cristo, no sea otra que llevar hasta los confines de mundo, no una idea, ni un código, ni una doctrina, sino un ideal vivo; esa Persona:
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Cristo Hombre-Dios.
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Y precisamente esto, es lo que desde el primer día hicieron los Apóstoles en su ambiente estrecho de Jerusalén:
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«Y se pasaban todo el día... evangelizando a Cristo Jesús» (Hch 5,42).
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Ese ir presentando lo que era Jesús, ese ir desmenuzando, rumiando, contemplando en sus diversas facetas su persona, sus hechos, su doctrina, todo lo suyo, cristalizado en Él, es lo que cautivó a aquellas gentes y ha de transformar al mundo.
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Resumiendo:
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Cristo lo es todo para nosotros, y Cristo se nos da por medio de la Iglesia totalmente, en cuerpo y alma: Eucaristía y Evangelio.
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Su Cuerpo y su Palabra. Su Amor y su Verdad. Vamos pues a fijarnos en lo que constituye la quintaesencia de su Persona y su mensaje.
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M.S.G. |