MENSAJE DEL DÍA 13 DE NOVIEMBRE DE 1980[1]


EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL (MADRID)

 

     (Hacia las ocho de la mañana de este día, Luz Amparo comienza sus tareas cotidianas en la casa donde trabaja como empleada de hogar. Por la tarde, cuando se dispone a colocar la ropa planchada en un armario, escucha una voz clara y fuerte, que hace eco en la habitación).

 

     VOZ MISTERIOSA:

     Hija, reza por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores; que el mundo está en un gran peligro.

     (Luz Amparo asustada sale de la casa y se encuentra con Marcos, conserje del edificio, a quien le comenta, entre lágrimas, lo sucedido. Enteradas del hecho otras personas cercanas a ella, acuden todos a la vivienda mencionada y, al cabo de un rato, se marchan. Más tarde, Luz Amparo escucha, de nuevo, la misma voz de antes, que resuena potente y amable a la vez. Esto sucede en presencia de Beatriz, la segunda de los hijos del matrimonio de Miguel y Julia, para quienes trabaja Luz Amparo en esa casa).

 

     VOZ MISTERIOSA:

     Hija, no tengas miedo.

     (Al mismo tiempo, Luz Amparo ve iluminarse la habitación con destellos de varios colores, predominando el azul... También se forma como una nube de luz más intensa y, en medio de esa luminosa nube, aparece una figura humana, que ella identifica después con el Señor).

 

     LUZ AMPARO:

     ¿Es mi padre, es mi padre?

 

     VOZ MISTERIOSA:

     Sí, hija, soy tu Padre celestial. En esta casa no hay nada de embrujamiento.

     Reza por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores. Amaos los unos a los otros. Vas a recibir pruebas de dolor.



[1] No existe grabación en audio de este mensaje; fue comunicado por Luz Amparo después.