MENSAJE DEL DÍA 3 DE DICIEMBRE DE 1983, PRIMER SÁBADO DE MES,
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN:
Hijos míos, os sigo repitiendo: oración y penitencia. Os prometí que todos aquéllos que hagan todos los días una visita al Santísimo y que confiesen los primeros sábados de mes sus culpas y comulgue, y rece el santo Rosario, os prometí, hijos míos, que os preservaría del fuego del Infierno. Pues ahora, hijos míos, os voy a prometer otra cosa, hijos míos: todos aquéllos que cumplan con todas estas cosas pasarán también por el Purgatorio, pero no irán a pasar las penas del Purgatorio, irán directamente a las moradas celestiales.
Por eso, hijos míos, os pido sacrificio y penitencia, hijos míos.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos... Todos estos objetos son bendecidos, hijos míos... Todos los aquí presentes han sido bendecidos, hijos míos.
Os acabo diciendo, hijos míos: sacrificio, que hacéis muy poco sacrificio, hijos míos, acompañado de oración. Sin el sacrificio y sin la oración no conseguiréis llegar a las moradas, hijos míos.
Adiós, hijos míos. ¡Adiós!