MENSAJE DEL DÍA 7 DE ENERO DE 1984, PRIMER SÁBADO DE MES,

EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)

 

     LA VIRGEN:

     Hijos míos, os vengo a decir que tengáis paz y amor. Sin paz y sin amor entre vosotros no conseguiréis el Cielo, hijos míos. También os pido el sacrificio junto con la oración.

     Sí, hija mía, tú tienes que sufrir mucho para salvar almas; por eso te pido humildad; humildad, hija mía. Vale la pena tener humildad para luego conseguir esto, hija mía.

 

     LUZ AMPARO:

     Yo quiero quedarme aquí, yo quiero quedarme, déjame aquí.

 

     LA VIRGEN:

     No, hija mía, tienes todavía que sufrir para alcanzar esta morada.

 

     LUZ AMPARO:

     Veo una morada completamente amarilla; hasta el césped y las rocas son amarillos, con destellos como si fueran de oro. Las personas que veo en esta morada están rodeadas de una aureola de luz amarilla. Algunas de estas personas tienen el pelo muy largo, casi hasta la cintura.

 

     LA VIRGEN:

     Besa el suelo, hija mía, besa el suelo en acto de humildad... En acto de humildad, hija mía, en reparación de todos los pecados del mundo. Sí, hija mía, si eres fiel a mi Hijo, conseguirás esto.

     Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

     Levantad todos los objetos... Hija mía, todos los objetos han sido bendecidos.

     Sed humildes, hijos míos, sin humildad no conseguiréis el Cielo.

     Adiós, hijos míos, adiós.