MENSAJE DEL DÍA 5 DE OCTUBRE DE 1991, PRIMER SÁBADO DE MES,

EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)

 

     LA VIRGEN:

     Hija mía, mira mi manto; es el manto de la misericordia, el manto del amor. Mira, en este libro van las obras de misericordia. Yo soy Madre del que sufre, del que llora, del que es perseguido, del que tiene hambre, del limpio del corazón. Y yo harto al que tiene hambre, consuelo al triste y llevo al Cielo al limpio del corazón; y escondo al que es perseguido a causa de nuestro nombre. Confiad en mi Hijo, hijos míos, y refugiaos en mi Inmaculado Corazón. Mis palabras son breves, porque mi Corazón sólo piensa en la misericordia.

 

     EL SEÑOR:

     Venid a mí todos los que estáis agobiados y cansados, confiad en mí, que yo os enseñaré la verdad, y todo el que quiera escuchar la verdad estará conmigo. Todos aquéllos que ayudan a mi Obra les daré un galardón, y ese galardón será la entrada para entrar en el Cielo.

     Hijos míos, aquéllos que dais limosna, vuestra limosna servirá de sacrificio y de alabanza a Dios; y con vuestra limosna vuestro corazón y vuestra alma, aunque esté manchada de pecado y oscura como el carbón, quedará limpia como la nieve, para todos aquéllos que cumplan mis leyes. Venid a mi Corazón, hijos míos, aquéllos que estáis cargados de crímenes y de pecados; no os recriminaré, hijos míos, ni echaré en cara vuestros pecados; los lavaré con mi Sangre, y con la llaga de mi costado quedarán purificados, hijos míos.

     Tú, hija mía, sigue siendo miseria y amor, porque, por tu miseria, el hombre volverá la mirada a Dios, y con tu amor volverá a la vida.

     ¿Dónde podréis encontrar un padre como yo, hijos míos, con un corazón tan compasivo? Yo derramaré gracias sobre vuestras almas y os daré mi herencia, que es la eternidad. ¿Qué más queréis que os ofrezca, hijos míos?

     Tú, hija mía, sigue aceptando la humillación, la calumnia, el desprecio; ¿ves cómo te recompenso a todo tu dolor, hija mía?

     Y acudid a mi Madre, que es el tiempo de la misericordia; y ese manto que cubre toda la Tierra para proteger al desvalido, al débil, al despreciado, al calumniado, al cansado, al hambriento, al sediento...

     Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantos y tantos pecados como hay en el mundo...

     Todo está dicho; ahora mi Corazón está derramando la misericordia sobre todos vosotros, hijos míos. Cumplid mis leyes.

 

     LA VIRGEN:

     Os bendigo como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.

 

     EL SEÑOR:

     La paz sea con vosotros.