MENSAJE DEL DÍA 5 DE DICIEMBRE DE 1992, PRIMER SÁBADO DE MES,
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN:
Besa el suelo, en reparación de esas almas infieles que no saben apreciar el sacrificio del dolor y del sufrimiento por su salvación...
EL SEÑOR:
Y vosotros, pueblos y hombres de poca fe, que vivís dando la espalda al Evangelio, ¡qué poco entendéis de Evangelio, hijos míos! ¿Cómo podéis pensar que el Creador no está pendiente de sus criaturas? Todo el que es padre, ¿no está pendiente de sus hijos? ¡Qué poco entendéis el Evangelio, hijos míos!, ¡si hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados! ¿Cómo podéis pensar que Dios Creador no puede pensar en cada uno de vosotros? Lo he dicho muchas veces, hijos míos: amo a cada hombre como si fuera un solo hombre, como aquel padre que sólo tiene un solo hijo y se vuelca todo su cariño sobre él; así amo yo a las criaturas, a una por una, individualmente, como si fuese un solo hijo. Por eso os aviso, hijos míos, porque os amo y quiero que entendáis el Evangelio. ¿Quién sois las criaturas para decir que un Dios no puede estar pendiente de una criatura?
Y vosotros, gobernantes de los pueblos, que estáis sembrando mala semilla, engañando a los hombres, para que haga...
LUZ AMPARO:
¡Ay! ¡Ay, Dios mío! ¡Ay, ese pobre hombre! ¡Ay!, ¿qué va a ser de ese pobre hombre? ¡Ay, ay!
EL SEÑOR:
Te he dicho muchas veces que no estoy triste, hija mía, por el que no me conoce, sino por aquél que me conoce y me desprecia; por aquél que, teniendo fe, renuncia a su fe haciéndose apóstata.
LUZ AMPARO:
¡Ay!, pero yo te pido por ellos, ¡perdónalos, Señor! Mándame a mí el sufrimiento que quieras, pero perdónalos.
EL SEÑOR:
¿Cómo podéis guiar a los hombres sin Dios, hijos míos, si el hombre no es nada sin Dios? El hombre necesita a Dios para gobernar y para vivir, ¿cómo podéis gobernar un pueblo si estáis secos y en tinieblas? Una planta para que crezca necesita luz y agua. ¿Qué semilla vais a recoger vosotros en esa oscuridad que vivís? Y ¡ay de vosotros que arrastráis a miles y miles de almas con vuestras mentiras y engaños, hijos míos! Sólo vosotros, aquéllos que no tenéis fe, aquéllos que renunciáis de Cristo, podéis hablar palabras tan crudas contra el mismo Cristo. Ya lo dije, hija mía, hace tiempo: que hablarían contra Cristo cosas tan horribles que hasta los mismos que se llaman creyentes dudarían de la verdad. ¿Cómo se atreven los hombres a ultrajar la divinidad y la pureza de todo un Dios? Así son los hombres de crueles, hija mía, a cambio de la Sangre de Cristo, recibe ultrajes.
Cambiad vuestra actitud, hijos míos, y gobernad con Dios, y de ahí vuestro pueblo crecerá, se agrandará y participará un día del Paraíso. Pero no engañéis con mentiras, diciendo que vais a ayudar a los pobres y necesitados. ¿Cómo podéis hablar de esta forma, hijos míos? Si en vuestros corazones existe la maldad, no puede existir la caridad y el amor. Os amáis a vosotros mismos y os lucráis vosotros mismos, pero no beneficiáis a los necesitados, hijos míos. Todavía estáis a tiempo: mirad a Dios vuestro Creador, hijos míos.
Y vosotros, aquellos sacerdotes y almas consagradas que pisoteáis las leyes de Dios: venid a mí, hijos míos, que yo os recibiré y os llenaré de gracias para que podáis ejercer vuestro ministerio como pastores de almas. Volved vuestra mirada a Dios, hijos míos.
Y todos los que os llamáis católicos, apostólicos, practicantes, ayudaos unos a otros y defended vuestra Iglesia, hijos míos. Los hombres que están llenos de tinieblas quieren hacer desaparecer el Nombre de Dios y todo lo que es religioso. Uniros todos, hijos míos, y defended la Iglesia, y defended a todos los componentes de ella, porque la fuer...
LUZ AMPARO:
¡Ay, Dios mío!
EL SEÑOR:
La fuerza está en Dios. Mira, hija mía, los que se fortalecen con la gracia y los que viven en la tiniebla... (Luz Amparo expresa admiración).
LA VIRGEN:
¡Pobres almas!
EL SEÑOR:
Yo hago una llamada a todos los pueblos, como Dios de amor y misericordia, para que se conviertan y vivan el Evangelio.
Vivid según el Evangelio, hijos míos. Fijaos en Cristo que se despojó de su rango y se hizo pobre para ayudar al pobre. Amad a los necesitados y favorecedlos, hijos míos, y que se extienda por todas las partes del mundo vuestra mano para ayudar a todo aquél que os necesite. Ése es el amor, ése es el fruto que sale del costado de Cristo: la caridad. Muchos os llamáis católicos practicantes, pero no sois capaces de compartir con el pobre; ¡cómo despreciáis al pobre y al desvalido! ¡Malos hijos de Dios sois, hijos míos, si no extendéis la mano a aquél que os necesita!, porque ya lo digo en mi Evangelio: “No todo el que dice: «Señor, Señor», entrará en el Reino de los Cielos”. Y ¿qué es la palabra sin la obra?; está muerta. Amaos unos a otros, hijos míos, y luchad todos para que mi Obra salga adelante. Y repito que quiero en este lugar una casa de amor y misericordia y una capilla en honor al nombre de la Madre Dolorosa; Ella fue Corredentora con Cristo para salvar a la Humanidad. Veneradla, hijos míos, no la despreciéis; el que desprecia a la Madre desprecia al Hijo.
Todos seréis bendecidos con bendiciones especiales para vuestra pobre alma. Y todo el que cumpla con la ley de mi Evangelio tendrá vida eterna.
LA VIRGEN:
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos con bendiciones muy especiales para el día de las tinieblas... Todos han sido bendecidos, hijos míos.