MENSAJE DEL DÍA 5 DE MARZO DE 1994, PRIMER SÁBADO DE MES,
EN PRADO NUEVO DE
EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN:
Hija mía, el mensaje va a ser corto, porque ya lo he dicho todo a los hombres, y mis palabras, hija mía, las echan en olvido.
Alzad vuestros ojos al cielo, hijos míos, y contemplaréis la divina mirada de Dios que os protege. Trabajad para su gloria, hijos míos, que todo el que trabaje para su gloria recibirá el fruto en la eternidad. Yo mando operarios a esta Obra para que unos siembren y otros recojan; pero que cada uno trabaje con alegría y con amor para glorificar a Dios.
Quiero que los hombres amen, no de lengua, sino de obra, porque muchas almas piensan que sólo van a salvarse de palabra. ¡Ay de aquéllos que tienen bienes en el mundo y ven a sus hermanos padecer hambre y no abren sus entrañas para socorrerlos! No entrarán en el Reino de los Cielos. Os quiero, hijos míos, con un solo corazón y una sola alma; amaos unos a otros. ¡Ay de aquél que habla de su hermano y lo aborrece!, porque es un suicida, y los suicidas no entran en el Reino del Cielo. Amad a Dios con todo vuestro corazón, hijos míos, y que las obras que hagáis salgan de lo más profundo de vuestra alma, que no os sirvan para envaneceros.
He dicho que esta Obra la dejo en manos de todos. ¿Cómo os escondéis unos, hijos míos, para ayudar a esta Obra? Y ¡cómo herís cuando oís una conversación de persecución! Bienaventurados los que son perseguidos a causa de la justicia de Dios. Pensad en los cristianos, hijos míos, que fueron perseguidos a muerte. Y vosotros queréis estar en las cúpulas sin pasar por la persecución. ¡Ay, hijos míos!, cuando lleguéis arriba no habrá halagos y no habrá alegrías, porque os gustan abajo, hijos míos. Haced las obras y escondeos; os quiero ocultos, hijos míos.
Todo el que acuda a este lugar recibirá gracias muy especiales. Todo aquél que colabore a esta Obra, yo iré a recibirle en la hora de la muerte.
Tened cuidado, hijos míos, que es el tiempo del Anticristo y el Anticristo anda de acá para allá llamándose Cristo. Que nadie os engañe. Cristo vendrá en una nube lleno de gloria con gran poder y gran majestad. No escuchéis cuando os digan que Cristo está aquí. Está el Anticristo y sus secuaces queriendo, hijos míos, apoderarse de la mayor parte de las almas. No os dejéis engañar: hablará en varios idiomas, hijos míos, incluso hará “milagros”. Pero Cristo viene de arriba, porque Él se fue arriba y el Anticristo, hijos míos, saldrá de entre los hombres de mala voluntad. Ya está haciendo estragos en el mundo.
Reuníos todos y alabad a Dios, y glorificadlo como los primeros cristianos.
EL SEÑOR:
Hija mía, así vendré. Vendré lleno de gloria, pero no dejaré mi Cruz. Y esta señal se verá de todas las partes del mundo. Vendré lleno de gloria y con ejércitos de ángeles.
LUZ AMPARO:
¡Ay, Dios mío!
EL SEÑOR:
Amad mucho nuestros Corazones; amad a María, porque María es el camino para llegar a Jesús.
Amaos los unos a los otros; éste es el mandamiento de la salvación. El que no ama y no tiene caridad con su hermano, no entrará en el Reino de los Cielos.
Mira qué belleza, hija mía; mira los ejércitos de ángeles; mira mi poder y mi majestad...
Seguid acudiendo a este lugar, hijos míos, este lugar es sagrado; el Hijo de Dios vivo lo ha escogido. ¿Cómo los mortales quieren emplear un poder temporal contra el eterno? ¡Ay de aquéllos que se oponen en este camino! ¡Ay, hija mía, compadécete! Su orgullo, su vanidad, su soberbia, hija mía, no los deja humillarse. Pedid por ellos.
Pedid por el Papa, hijos míos, es muy perseguido, como fue Cristo, por decir las verdades.
LA VIRGEN:
Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos con bendiciones especiales para la salvación de las almas...
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.